El final de un largo cámino - Estreno
Obviamente no sé lo como se sienten las mujeres cuando dan a luz un hijo pero creo que la sensación no debe distar mucho de lo que sentimos ayer Jonás y yo cuando aparecieron los créditos finales y la sala explotó en aplausos. Ayer parimos un hijo de tres años.
Sinceramente el corazón se me ensanchó como hacía tiempo que no lo hacía y hoy, con una gigantesca resaca del tamaño de tres ciudades relataré tan fielmente como me deje mi memoria lo que fue el estreno de ArenA.
No llenamos la sala pero estuvimos a escasos 100 asientos para que así fuera, y era una sala con aforo para 550. Vino mucha gente, mucha más de la que se esperaba. Muchos amigos trajeados, otros con americanas prestadas y otros como si acabasen de venir del gimnasio, pero todos ellos orgullosos de estar allí, con nosotros. Muchos amigos, muchos, mucha familia, poco equipo técnico y sobretodo mucha expectación.
Se apagaron las luces, comenzaron los rótulos iniciales y tras el segundo plano el proyector se suelta y la película se para - Qué bien - pienso yo- la sala repleta de gente deseosa de ver el corto y el negativo se rompe, ahora nos toca coger el micro y relatar el corto mientras Paco Luque lo interpreta en directo- Finalmente el negativo no se rompió sino que simplemente saltó del proyector haciendo que más de uno se arrancara las uñas.
Volvió el negativo, las luces apagadas y el corto en un tamaño descomunal mostrándose frente a cientos de caras expectantes. El sonido fue espectacular, la imagen perfecta, la proyección un éxito. Aplausos, felicitaciones, besos, enhorabuenas y alguna que otra lágrima familiar. Me sentía en una nube, habíamos acabado el corto, al fin podía verse en una pantalla de cine y muchos podían descubrir que ArenA no era una leyenda sino un corto real. Recibimos muy buenas críticas, de profesionales y de gente que no lo era tanto, algunas muy buenas y otras demasiado buenas para creerlas. Escuchamos opiniones de todo tipo pero la mayoría empezaban con "me ha gustado mucho". Fue un regalo y una experiencia para no olvidar jamás el haber tenido a tantos amigos orgullosos de nosotros por haber contado esa historia y del modo en que lo hicimos.
Ahora solo queda que viaje, que se vea, que consiga trasmitir, entretener, emocionar o tal vez, y siendo muy ambiciosos, que haga pensar.
